domingo, 16 de diciembre de 2012

Despilfarro.




En 1968 fuí a la ciudad de México a estudiar, justo después de la matanza de Tlatelolco, la del famoso: “dos de octubre no se olvida”. Precisamente fue en ese año que llegué a la gran ciudad para realizar los exámenes de admisión. Fueron  muchos aspirantes los que reprobaron, pero no fue mi caso. De todos modos, entonces, ya existía la corrupción educativa por lo que muchos entraban a través de recomendaciones u otro mecanismo. También ya se iniciaba la segregación educativa, con el pretexto, según de quienes manejaban la educación, para que estudiaran únicamente los mejores ¿?
Yo pasé con buen promedio el examen, como dije, sin embargo si esto de los exámenes hubiera sido el mecanismo de seleccionar a los alumnos en todas las escuelas, realmente yo no hubiera llegado ni siquiera a la secundaria.
Fíjense que cuando terminé la primaria lo hice como pésimo alumno; incluso mi padre pagó a una maestra para que me adelantara un poco dándome clases en privado. Al terminar la primaria, participé en un examen prueba para una secundaria agropecuaria y fui de los que lo reprobaron estrepitosamente, por suerte mis padres, entonces, decidieron que un reposo del sistema educativo mexicano, sería bueno para mi, así fue que me tomé tres años, eso me sirvió para regresar con suficiente carácter para soportarlo otros diez años más.
Curiosamente, cuando me presenté al examen de admisión de la secundaría fui el tercer mejor promedio; pero, aún así, no me aceptaron. Porque según decían, el reglamento no permitía a hombres mayores de doce años.   Así es que tuve que probar suerte en otra secundaría donde no estuvieran bajo ese reglamento.
 Terminé la educación profesional, pero siempre he pensado que pudimos ser mucho mejores profesionales si el sistema educativo hubiera sido otro.

Cada individuo aprende de diferente manera y el sistema educativo enseña de una sola manera, puede que sea muy buena para algunos pero definitivamente no lo es para todos.
Si quienes gobiernan realmente quisieran que la población fuera preparada, la educación sería muy diferente. Pero más bien, pienso, que la intención es mantener a la población en una situación mediocre y con la conciencia de que somos de menor calidad que los individuos de otros lugares. Incluso los medios masivos de información, al parecer, refuerzan esta intención. Resaltando nuestros defectos haciéndolos ver como meritorios e intentando siempre convencernos de que ser mejores no es para nuestra idiosincrasia. Mostrando, cómo los mejores en todas las actividades principales de la ciencia, economía, el arte y el deporte siempre son personajes traídos de otra parte. Cuando algún mexicano triunfa, sólo lo mencionan como casualidad en la noticia del día, sin resaltarla considerablemente. Posteriormente nunca lo mencionan, a diferencia de los de otros países que los mencionan rutinariamente como publicitándolos.
El gobierno nos muestra su desprecio, desairando lo fabricado o inventado en México, trayendo la solución de otra parte para la infraestructura de la nación, nunca promueve la superación, solamente simula que lo hace. El presupuesto en desarrollo, ciencia, educación, tecnología se lo gasta comprando insumos traídos del extranjero, no invirtiendo directamente para el propósito de mejorar.
Se oirá, como con bombo y platillo anuncia las miles de computadoras que regalan a estudiantes aplicados. Obviamente esas computadoras coreanas, chinas, europeas o gringas  son los gastos en fomentar la tecnología. Así sexenio tras sexenio, México va siendo más dependiente del extranjero.



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