jueves, 10 de enero de 2013

De la ficción a la realidad.(Cuerpo del delito)

   
by Alex Alemany


En la literatura y el cine se escriben historias que van desde las apegadas al la realidad hasta aquellas que llegan al extremo de la fantasía.
En las de tramas policíaca, donde aparecen los detectives exageradamente agudos en sus investigaciones como lo fue hace tiempo Sherlock Holmes personaje de Sir Arthur Conan Doyle y posteriormente en la televisión vimos a Columbo y ahora SCI, vemos como persiguen al criminal en base a parámetros científicos altamente sofisticados; incluso. Nosotros que vivimos en el mundo real, llegamos a pensar que eso esta sucediendo en las investigaciones que hacen nuestras autoridades periciales cuando de descifrar un crimen se trata.
Es común creer que lo primero que se necesita para aceptar que existe un asesinato es encontrar al cadáver; a partir de él, vemos en las historias contadas como se empieza la trama de la investigación acuciosa para llegar al homicida, con detalles técnicos y posteriormente con juicios increíblemente interesantes astutos e inteligentes.
Por eso también hemos visto  como los criminales, para burlarse de la justicia, tratan de desaparecer el cuerpo del delito para no ser descubiertos. Mucho recuerdo aquellas películas de gángsteres en los Estados Unidos, en donde para perpetrar el crimen perfecto, los mafiosos tiraban el cadáver en el cemento colado de una construcción o les hacían los famosos zapatos de cemento o les ataban un bloque de cemento en las piernas y los tiraban a la parte profunda del mar, río o lago.
Podemos seguir poniendo ejemplos, de cómo en la escritura policíaca, tanto para leer como en los guiones del cine, se suceden los intentos de ocultar al muerto para evitar ser culpables, sin muerto presente el cadáver no se busca,  se considera desaparecido el sujeto y así pasan años sin averiguación hasta que casualmente aparecen unos restos por ahí entonces es cuando se emprenden las pesquisas para resolver el crimen.
Historias viejas son continuadas por otras recientes, tocando el tema de esa manera. Llegan incluso a formarnos mentalmente una realidad ficticia de que las cosas realmente así son. Pero despertemos de esa somnolencia literaria y miremos nuestro entorno. Los criminales no desaparecen a sus víctimas, aquí no lo hacen, incluso las dejan en los lugares más visibles, deliberádamente perceptibles.
Ahora ¿que sucede?, ¿que pasa?, ¿donde está el misterio?, ¿resulta igualmente fácil escapar con el cuerpo desaparecido que con el cuerpo presente? 
La literatura y el cine del que hablo probáblemente sea ficticio, así es que no le haremos caso, podríamos caer incluso en la manipulación de quienes hicieron ese tipo de sugerencias. La verdad es que aquí, en nuestro real y tangible mundo, se suscitan asesinatos en serie, día tras día; y no aparecen los culpables, salvo de algunos, que vienen siendo minoría; los más, quedan impunes; o sea, el cuerpo no es útil para llegar al criminal.
Como sabemos, creemos cosas que no son reales porque se nos quedaron a través de nuestras vivencias diarias, pero como vivimos más frente a un libro, un monitor, que nos mandan eventos irreales; que en un entorno verdadero que pueda influenciarnos con la realidad, cada día que pasa somos menos reales y más habitantes de un mundo mental irreal pero viviendo en el suelo de uno real, lo que nos convierte en víctimas de la verdad.    


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