viernes, 30 de septiembre de 2011

¡No me gusta tu maiz!



Si no saben que son los transgénicos, los híbridos,  o las semillas mejoradas[1], puede utilizar los enlaces para tener una mejor explicación sobre ellos. Mi intención, en esta ocasión, no es la de explicar lo que son; sino, que más bien cómo la globalización lleva cosas a donde ni siquiera saben que es lo que compran.
Entre todo lo que hago, también vendo semillas para sembrar, principalmente de sorgo y maíz, antes también vendía de hortalizas. Ahora que la gente ha ido dejando el campo, las hortalizas sólo las piden los escolares para tareas que les dejan los maestros desubicados en sus programas de enseñanza, quieren que los niños aprendan a sembrar lo que el mismo maestro ni conoce. Bueno pero de eso será en otra ocasión que escriba, regreso a lo primero.
Pues bien, en los países del primer mundo ya están con las semillas transgénicas, entre pleitos, patadas y escupitajos, poco a poco se van imponiendo, queramos o no terminaremos destruyéndonos como siempre, así es que ya los transgénicos están desbancando a los híbridos y aquellos cultivos mejorados por selección. A mi negocio no entran los transgénicos, y creo que no lo harán, pero aún así quiero seguir comentando lo que me propuse.
México es pionero en la selección de semillas, nuestros ancestros indígenas cultivaron el maíz y gracias a ellos quienes comen este cereal deberían agradecérselo, al menos, si es que no pagar regalías por el uso de él. Me imagino, no lo se a ciencia cierta, pero por el comportamiento de mis clientes, sumamente humildes y con conocimientos generales muy reducidos, que antes seleccionaban cada año los mejores granos, en base a su aspecto: los más grandes, los del color preferido y aquellos con aspecto sano, estos granos seleccionados eran los que se guardaban para la siguiente temporada de siembra, de esa manera lo hacían y resultó, fue así como se llegó al subdesarrollo; después, desde luego, del desarrollo. Miren, ahora ya no apartan sus semillas, desde que llegaron los híbridos se dedican a comprarla; en lugar de escoger y apartar, ya tenemos al menos sesenta años de esta costumbre consumista: de comprar en lugar de seleccionar.
Ya casi llego a donde quería, miren, la diferencia física de un grano de maíz híbridos a otro, no existe, igual para cualquier otro híbrido lo llame usted como quiera, también resulta lo mismo para los transgénicos, la diferencia está en la genética que se encuentra dentro de las microscópicas células que por lo mismo no son visibles a simple ojo.
Que les cuento: cuando llega uno de mis clientes aquellos que mencioné; llegan, me pide que le muestre los maíces, los coge, los extiende en la palma de la mano y después de varios minutos, de una observación acuciosa, decide cual comprar; no le importan las especificaciones que le de, él se lleva el que le gustó, como cuando lo hace con las chicas.
Así es que no tengo ninguna necesidad de fregar el mundo con los transgénicos, mis clientes quieren maíces a su gusto lo demás “maistro muchos sus centavos cuestan tu maiz” 



[1] Las semillas mejoradas, no tienen ninguna afectación genética, ni combinación de especies, es simplemente la purificación de la especie a su máxima expresión, se escogen en función de su resistencia a las enfermedades, o de acuerdo a su color, sabor, rendimiento, etc. Algo así como las razas de los perros.




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