martes, 28 de febrero de 2012

Con pistola.



El otro día vi un video que alguien colgó  en el muro de un amigo, de un supuesto padre muy molesto por algunos comentarios que hizo su hija en relación a su familia en ese medio.
Quiero pensar, de buena manera, que este video es obra de algún bromista que piensa que un padre debería actuar así. Pero como en esta época la realidad nos a mostrado que puede ser más cruda que la ficción, supondré por un momento que el video es verdadero.
Un individuo con alrededor de quince años es apenas una crisálida en formación, lo que diga o haga está muy lejos de indicar lo que esta persona será cuando llegue a ser adulto. Por otro lado una persona adulta mayor de treinta años debería ser muy madura y responsable, aunque sabemos que esto no siempre sucede y que en los tiempos actuales la adolescencia llega a veces hasta los cincuenta. Por lo primero, debemos los adultos ser quienes estemos obligados a mantener la calma o por lo menos simularla frente a los jóvenes de manera que sientan ellos que alguien tiene el control. No siempre es posible y a veces hasta el más tranquilo hace sus panchos.
Este señor del video de plano no controló o no quiso controlarse y se vio terriblemente mal: como adulto, como padre y como miembro de una sociedad que se presume de avanzada.
Lo más terrible de todo es que sacó a relucir la cultura armamentista de su país, al liquidar a tiros la lap de su hija,  todavía pretende cobrarle a su hija, como los Chinos lo hacen a la familia de los ejecutados, los tiros con que inhabilitó al dispositivo.
Probablemente el señor no tuvo adolescencia, fue sometido por sus padres; ahora siguiendo ese ejemplo pretende tajarle sus derechos a su hija.
No todo lo que hizo su hija estuvo bien pero lo que sí estuvo correcto es el ejercer su derecho de expresión para protestar, por lo que dentro de su limitado entendimiento pensaba que le hacían mal, ¡caramba! cuantos padres no quisieran escuchar de sus hijos una crítica sincera, que les permitiera entenderlos corrigiendo el rumbo a tiempo, en la relación padre hijo, lástima por este señor que desperdició su oportunidad. Probablemente hubiese preferido que en lugar de una nota en Facebook hubiese sido una nota suicida a un costado del cadáver de su hija.
Queda aquí para la reflexión.



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