Se pinta de azul el cielo con los
pinceles del amanecer; del otro lado, el verde oscuro de la sierra matizada con
tonos claros nos muestra la bondad del temporal,
un camino blanquecino con
tintes rosas, resalta brillante sobre la sierra gracias a las primeras luces del día, ¡hermosas
montañas! que esperan imponentes al caminante impaciente que ya viste su cuerpo
ansioso para otra bella jornada.
Regreso después de haber
recorrido un camino de tierra humedecida por la lluvia, sin polvo, limpia, con
un rico olor a tierra , oyendo el trinar
de las aves y el murmullo del arroyo cristalino formado por el temporal,
caminando sobre los pétalos de las flores de colores arrojadas por el viento
sobre la vereda en la que andamos, sentado posteriormente entre el majestuoso espectáculo
de la vegetación tropical, donde pequeños rayos de luz se filtran para iluminar
el dorado mezcal reposado servido en una copa decorada por Pancho Méndez.
Después de este largo
intermedio continuamos hasta la fonda donde con tortillas recién hechas nos
esperan, para humedecerlas en unos huazontles en caldillo que exquisitamente
nos prepararon, un cafecito de olla acompañan los alimentos, junto con otros
mezcales, lo anterior fue suficiente para sentirnos satisfechos y regresar a
disfrutar una tertulia con personas a quienes la poesía y la música les
conmueve.
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