miércoles, 29 de agosto de 2012

Pulgones.


Los áfidos o pulgones, pequeñas criaturas, que podrían ser una pesadilla para sus padres, si ellos fueran humanos mojigatos, son asombrosos miembros de nuestro sufrido mundo animal.
Decía lo mal que harían sentir a sus padres por el hecho de que estas hembras minúsculas pueden nacer preñadas, se imaginan la encrucijada de los puritanos de esta sociedad, inmediatamente harían una casería de brujas para descubrir al pederasta de la familia que embarazó a la niña. Antes desde luego de indagar las cualidades biológicas de la susodicha.
Estos pequeños habitantes de nuestro planeta, viven parasitando las plantas, algunos son verdaderos enemigos de los agricultores por la gran merma que hacen a sus cultivos.
Pero las características especiales de estos pequeños seres no terminan ahí ya que también pueden reproducirse por partenogénesis, como las lagartijas si recuerdan que una vez les platiqué, sí no, les diré que son aquellos animales que pueden fecundarse así mismos y por lo tanto no requieren al congénere de sexo opuesto.
Pero no queda terminado su repertorio de curiosidades, resulta que acaban de descubrir, todavía a manera de sospecha, que son los únicos animales que efectúan la fotosíntesis, o sea aquello que las plantas hacen para convertir la luz del sol en alimento.
La parte mejor pero que posible sea la peor, es la que estos animalitos pueden efectuar la fotosíntesis y como consecuencia la producción de carotenos sustancias costosas y difíciles de obtener, ocasionando codicia entre algunos científicos, que ahora buscar el gen, del áfido, que hace que pueda efectuar la producción de carotenos y de esa manera, patentándolo desde luego, utilizarlo para a través de ingeniería genética hacer un transgénico que les permita de manera económica producir las sustancias en mención. 
En un mundo así, donde el dinero dicta los usos y costumbres, ninguna otra cosa podemos esperar.

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