Estaban hablando tres damas en
un programa de televisión, en el canal del gobierno de Guerrero, sobre el
aborto, no vi el principio; ni me quede a verlo concluir, con lo poco que oí y vi
me di por fastidiado, sin embargo me dio material para escribir.
Al parecer alguien mandó al
programa un mensaje, y una de las conductora se desvivía por agradecerlo (a de
haber sido el único) y justificarse el haberle censurado las palabrotas, según
decía para poderlo mencionar al aire. El
agradecimiento tampoco llegó al grado de estar de acuerdo con lo que el
participante dijo, en su misiva, al parecer de género masculino. Este sujeto
fue abatido por los comentarios de otra de las conductoras, cuando en respuesta
comentó, que ellas sí eran especialistas sobre el tema, dado que son mujeres y que
él definitivamente no lo era, le dijeron que por ser hombre, no sabía lo que es
estar embarazada. También le dijeron que de ninguna manera ellas serían
expertas en cuanto a una circuncisión debido a que eso es de hombres.
Pues yo soy hombre también y
no considero que el ser hombre o mujer te haga experto o lego en asuntos tan
escabrosos como estos, sobre todo por la seriedad que se les debería dar.
Es verdad que un hombre no podría
estar embarazado, pero nadie puede negar
que sí ha estado en un embarazo; y que no creo que alguien que se encuentre en
esa circunstancia y tuviera la opción de opinar diría sí al aborto. También que
en todo embarazo está involucrado un hombre, aunque lo niegue cualquiera de las
partes.
Así que con todo el respeto
que merecen estas damas, deberían reconsiderar sus argumentos olvidándose del género,
para empezar; y tratarlo como el verdadero problema que es. Si pueden, sino,
mejor que se callen o hablen de algo menos escabroso.
La semana pasada vi parte de
un partido de fútbol. En la porción que vi, salió cuando el joven jugador de
uno de los equipos metió gol, corrió a festejar con uno de sus compañeros,
haciendo una parodia de dispararle a la frente, simulando con la mano un
revólver. ¡Caramba! al parecer, por el revuelo que ocasionó, consideraron que
lo hizo con una arma de verdad eliminando a su congénere, primero lo amonestó
el arbitro; después los comentaristas se lo acabaron, criticando el haber sido
tan violento en su festejo. ¡Que delicados!, al parecer los únicos que pueden
expresarse con la libertad de expresión, que tanto pregonan en los medios
cuando no los dejan publicitar candidatos, son los dueños de los medios. Sus
canales están llenos de series y proyecciones de películas violentas,
verdaderamente violentas, pero al parecer eso si es válido, al chico éste,
proletario común ignorante de sus derechos, ni tan común al parecer es estrella
del equipo, no tiene libertad de expresión. En el periódico de hace algunos día
salió que su equipo lo multó con un millón de pesos. ¡Viva México! y nuestras
libertades.
Dirán que estoy a favor de la
violencia, pues no, pero sí de las libertades; y cualquier restricción de ellas
debe ser denunciada, criticado.
Recuerdan hace unos treinta
años (quizás los que tengan más que esos años) como hacían publicidad en contra
de los juguetes bélicos, que para disminuir la violencia, obedecimos, ¿en que
diminuyo?, solamente evitamos que nuestros hijos pudieran divertirse como
nosotros de niños lo hacíamos. Quien sabe quien es el que mueve los hilos del
mundo en este aspecto, pero quien sea, lo hace en desventaja para la mayoría,
se nos priva desde niños de cosas, solamente por prejuicios estúpidos.
Hace apenas un ratito terminó
un programa, donde tres supuestos analistas, entrevistaron a Cicilia, Se notaba transparente, como el paisaje detrás de un
ventanal, que querían ponerlo a dudar sobre lo que está haciendo, es
justificable porque a ellos no le han matado a un hijo. Ha de ser difícil entender
la lucha de una víctima, para los individuos que son mantenidos del sistema,
para sujetos serviles que solamente buscan saciar sus intereses, bueno, porque
no decir, para aquellos que son iguales a quienes intentan cubrir o defender de
los ataques de Cicilia.
¿Que sí son iguales, los que gobiernan con los
criminales?, esa era uno de sus reclamos en contra de Cicilia, porque él lo
hizo parecer, en su libro, de esa manera, yo digo que no son iguales, los que
gobiernan son peores, porque sus crímenes los hacen escudados por las leyes que
ellos mismos imponen y con toda impunidad, no arriesgan nada, los criminales
arriesgan su libertad porque actuar fuera de la ley y su vida porque luchan contra otros que
compiten por lo mismo incluyendo a los que gobiernan. Los que gobiernan no son ineptos,
ni negligentes; son perversos, traidores y amorales. Quienes los defienden también.
No solamente Cicilia es víctima del
crimen, en menor o mayor manera, todos los que vivimos en México lo somos, ya
sea del organizado ilegal o del llamado institucional.