viernes, 4 de mayo de 2012

Se vale escribir.


 Es curioso como los escritores pasan a la posteridad en la literatura. Durante su época, ni el mismo escritor se imagina, que cosa de lo que anota hará que interese a la población de la posteridad, escribe guiándose por sus conocimientos y por motivos puramente actuales.
Bernal Díaz del Castillo, autor del famoso libro “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” nunca imaginó que los garabatos que escribió llegarían a ser tan concurridos por los historiadores, parece ser que lo escrito fue con el propósito de obtener beneficios del Rey. Pero que bueno que lo hizo, que aún con faltas gramaticales haya escrito tantas descripciones del México que conoció, ya que debido a ello ahora nosotros tenemos una pequeña imagen de lo que fue nuestro país en ese entonces. Probablemente si hubiera llevado su Iphon habría saturado el Facebook y el YouTube con imágenes y videos, que hoy nos asombrarían.
Andando en busca de un libro de Mark Twain, llegué a uno donde este escritor, uno de los iconos de Estados Unidos, escribe un pequeño relato (Delitos literarios de Fenimore Cooper) en relación a otro escritor de su época. En este escrito, Mark, escribe 18 puntos que deben tener las novelas, obviamente desde su perspectiva, dice él; ya que otros dan más, para que se consideren aceptables, cosa que argumenta el escritor, Cooper, omite frecuentemente.
Curiosamente este escritor, James Fenimore Cooper( autor de El último de los Mohicanos) es otro escritor famoso, considerado el primer gran escritor de los Estados Unidos,  básicamente lo es por la acción y descripciones que hace de sus aventuras en el bosque. También es reconocido, ahora, por sus advertencias ecológicas relacionadas con la destrucción de la naturaleza por el avance tecnológico.
Como ven lo escrito puede ser muy valorado en su momento por la pureza de su estilo o técnica literaria y gramatical; sin embargo, con el tiempo, quizás perdure más por lo que describe.  Incluso Mark que era muy cuidadoso en su manera de escribir, paso a la posteridad más por las descripciones que hizo de los lugares y personas de la época que por su estilo y técnica, sin menospreciar esto último desde luego.
A lo que quiero llegar es que si tiene ganas de escribir, pero teme hacerlo mal, no se detenga, quizás lo que anote después sea tema de interés y no le importe a quienes le lleguen sus escritos sus faltas gramaticales.

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