Hace un rato, anduve en las
calles del centro de Chilpancingo, haciendo algunas cosas, parece ser que anda uno jugando Nintendo en
vivo. No se si recuerdan aquel primer juego de esta marca, “Mario Bros”;
pues al igual que él, anduve brincando obstáculos por todas las
banquetas del centro: que el escalón por aquí, que el vendedor por allá, una
pendiente de sesenta grados para la entrada del auto, aquí no hay banqueta,
ahora sí pero a sesenta centímetros de altura, a que la fregada ahora una
escalera en la banqueta, el tendero que sacó sus exhibidores a la misma,
adelante una banqueta de veinte centímetros y gente que viene del otro sentido
ni bajarse de ella porque el arrollo de autos está repleto de salvajes
automovilistas que no se fijan. Ahora
bajan todos los de las urbans sin fijarse que la banqueta es de solamente
cincuenta centímetros y también circula gente, me choca un señor como de un
metro de ancho, reboto en un poste a media banqueta, de ahí me pego en la cabeza
con un medidor del CFE que pusieron en
la pared de las casas a la precisa altura de mi cabeza. Pues bien, terminé una cuadra y estoy en
espera de mi moneda para avanzar al siguiente mundo.
Que con o sin moneda bajándose
al arrollo los autos le pueden hacer a uno el favor sin costo, a lo mejor es la
manera de hackear el juego.
A continuación una secuencia
de fotos de las calles céntricas de Chilpancingo:
Buenísimo análisis, muchas gracias por hacerlo y ayudemos a compartir para que se tomen cartas en este asunto tan importante.
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