viernes, 29 de junio de 2012

Reflexión.


 
Existen momentos en la vida en que quisiéramos tener un amigo sin género, que no nos quisiera pero tampoco nos odiara, que fuera honesto, que aceptara escucharnos y darnos opiniones inteligentes y lógicas sobre lo que le exponemos. Definitivamente no existe. Pasamos la vida en un fluir constante de cuestionamientos sin respuesta, o de respuestas que confunden. Las respuestas que nos damos no funcionan porque nos queremos y por lo mismo no son imparciales. Los libros son lo más próximo a semejarse a este amigo imaginario, pero no siempre son honestas las respuestas que obtenemos de ellos, porque somos al final de cuenta nosotros mismos quienes decidimos formular las respuestas escogiendo lo que nos satisface, sin considerar el bien o el mal que nos hagan, ni hurgar para asegurarnos que no nos mentimos al escoger.
Hi.
Escrito sobre un sustrato de silicio y germanio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario