lunes, 11 de junio de 2012

Un domingo en la mañana.


Este domingo volví a salir a marchar con los caminantes del maguey. En esta ocasión fuimos más allá de Amojileca siguiendo el camino a Jaleaca, desviándonos hacia donde nace el río Huacapa, que cruza de norte a sur a la capital del estado de Guerrero, Chilpancingo.
El nacimiento pueden verlo en esta hermosa foto, tomada en otro paseo:

En esta ocasión nadie llevó cámara; bueno, parece ser que sí, un celular con camarita, pero las fotos no las  he visto, yo no llevé mis cámaras, porque aún no me repongo de verlas caducas, son de las de rollito.
Desgraciadamente no me tocó una vista como la de la foto ya que debido a las pocas lluvias, la gruta estaba seca, bueno al menos en la entrada, espero que en las profundidades si exista aún algo de agua.
La brecha, de algunos kilómetros de distancia, desde la carretera al nacimiento es encantadora, 

un regreso a la naturaleza indiscutible, con alguna presencia civilizada: en las cercas y los animales domésticos; pero, en cuanto al paisaje, bastante primitivo aún, aunque ya a la distancia se notan los desordenes de aquellos que destruyen el paisaje para introducir carreteras.
En una época se pensó que las carreteras llevarían el progreso a los pueblos, dado que podrían sacar de manera más fácil sus productos, pero la verdad nos alcanzó; lo que han llevado las carreteras ha sido pobreza disfrazada de  civilización, bienes de consumo a los que las poblaciones no estaban acostumbrados y de los que ahora son dependientes, teniendo que trabaja en lugar de producir, para poder adquirirlos sin ningún beneficio para su vida; más bien, al contrario, un yugo para sus descendientes, además de una balanza comercial desventajosa ya que llegan más de los que salen.
Pero en fin nosotros fuimos a disfrutar el paisaje y los frutos del campo; y precisamente en el camino  nos fue cayendo del cielo uno de los manjares de México, la hormigas Chicatanas,
yo miraba con asombro como Francisco levantaba y como comer uvas se metía a la boca estos insectos vivos, Ismael inmediatamente preguntó: ¿así vivas, saben bien?
¡Exquisitas!, fue la respuesta, yo esperé que experimentara Ismael, una vez que lo vi no hacer gestos desagradables, inicié con mi banquete, aunque sé que la mayoría de los insectos son comestibles, casualmente sabrosos, no quise llevarme un chasco. .
Cuando tengan la oportunidad no lo duden, son un manjar especial, ligero sabor a crema de cacahuate, y un poco crujiente, el cuerpo puede uno masticarlo para deglutirlo o simplemente extraer la crema de él y escupir la cáscara. Si quiere aprovechar todos los nutrientes preferible comerlas completas.
Las Chicatanas son los machos (zánganos de las hormigas cortadoras), estos son alimentados desde que son larvas por las obreras  ya adultos vuelan siguiendo a la reina para fecundarla una vez que salen del hormiguero, nunca más vuelven a comer y mueren de hambre. Así que comerlos les quita la pena de sufrir hambre más tiempo. Los pájaros, ranas y otros animales insectívoros; también aprovechan este manjar que solamente en algunas pocas temporadas del año es posible disfrutarlo.

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