Este domingo volví a salir a
marchar con los caminantes del maguey. En esta ocasión fuimos más allá de Amojileca
siguiendo el camino a Jaleaca, desviándonos hacia donde nace el río Huacapa, que cruza
de norte a sur a la capital del estado de Guerrero, Chilpancingo.
El nacimiento pueden verlo en
esta hermosa foto, tomada en otro paseo:
En esta ocasión nadie llevó
cámara; bueno, parece ser que sí, un celular con camarita, pero las fotos no
las he visto, yo no llevé mis cámaras,
porque aún no me repongo de verlas caducas, son de las de rollito.
Desgraciadamente no me tocó
una vista como la de la foto ya que debido a las pocas lluvias, la gruta estaba
seca, bueno al menos en la entrada, espero que en las profundidades si exista
aún algo de agua.
La brecha, de algunos
kilómetros de distancia, desde la carretera al nacimiento es encantadora,
un regreso a la
naturaleza indiscutible, con alguna presencia civilizada: en las cercas y los
animales domésticos; pero, en cuanto al paisaje, bastante primitivo aún, aunque ya
a la distancia se notan los desordenes de aquellos que destruyen el paisaje
para introducir carreteras.
En una época se pensó que las
carreteras llevarían el progreso a los pueblos, dado que podrían sacar de
manera más fácil sus productos, pero la verdad nos alcanzó; lo que han llevado
las carreteras ha sido pobreza disfrazada de
civilización, bienes de consumo a los que las poblaciones no estaban
acostumbrados y de los que ahora son dependientes, teniendo que trabaja en
lugar de producir, para poder adquirirlos sin ningún beneficio para su vida;
más bien, al contrario, un yugo para sus descendientes, además de una balanza
comercial desventajosa ya que llegan más de los que salen.
Pero en fin nosotros fuimos a
disfrutar el paisaje y los frutos del campo; y precisamente en el camino
nos fue cayendo del cielo uno de los manjares de México,
la hormigas Chicatanas,
yo miraba con asombro como Francisco levantaba y como
comer uvas se metía a la boca estos insectos vivos, Ismael inmediatamente
preguntó: ¿así vivas, saben bien?
¡Exquisitas!, fue la respuesta,
yo esperé que experimentara Ismael, una vez que lo vi no hacer gestos
desagradables, inicié con mi banquete, aunque sé que la mayoría de los insectos son comestibles, casualmente sabrosos, no quise llevarme un chasco. .
Cuando tengan la oportunidad
no lo duden, son un manjar especial, ligero sabor a crema de cacahuate, y un
poco crujiente, el cuerpo puede uno masticarlo para deglutirlo o simplemente
extraer la crema de él y escupir la cáscara. Si quiere aprovechar todos los
nutrientes preferible comerlas completas.
Las Chicatanas son los machos
(zánganos de las hormigas cortadoras), estos son alimentados desde que son
larvas por las obreras ya adultos vuelan
siguiendo a la reina para fecundarla una vez que salen del hormiguero, nunca
más vuelven a comer y mueren de hambre. Así que comerlos les quita la pena de
sufrir hambre más tiempo. Los pájaros, ranas y otros animales insectívoros;
también aprovechan este manjar que solamente en algunas pocas temporadas del
año es posible disfrutarlo.
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