Lo que sigue del día de muertos, más muertos.

Con los trágicos accidenten ocurridos a los secretarios de gobernación; casualmente en noviembre, desde el aire y ambos secretarios de jelipillo, los santurrones del PAN, agregarán otros dos días más a los santos difuntos. Probablemente declaren al mes de noviembre como el mes de los muy santos difuntos.

Lo sucedido no es otra cosa que una muestra de que todos somos mortales y que en esto de morir no existe orden ni jerarquías, podrán hacerse multitud de teorías al respecto de porque o como fue que murió o si lo fallecieron como es costumbre en estos días. Pero solamente existe una realidad, y es aquella de que la muerte no tiene preferencias.

También es una advertencia, para todos aquellos que sienten que pueden abusar de la vida propia y de la de otros, de que no existe poder que evite la muerte. 

Los familiares del secretario tienen los mismos sentimientos que todos los familiares de todos los demás que por una u otra causa han muerto precipitadamente. Mis más sentidas condolencias a todos. Deseando que en su dolor reconsideren el valor que tienen las vidas de todos, sin importar lo despreciables y humildes que sean.

Con respecto al suceso, haya sucedido como haya sucedido; igual que las elecciones presidenciales pasada, el secretario ya es fiambre también sus acompañantes. Sin embargo por hay dijo un funcionario de los encargados de dilucidar el asunto, que no existía relación entre este accidente y aquel del otro secretario. Como todos los del gobierno, mienten en automático.

Aquí van al menos tres relaciones:

A la una.- Los dos eran secretarios del presidente en turno.

A la dos.- Los dos fueron incidentes aéreos.

Y a las tres.- Ambos siniestros fueron en noviembre.

Si el caso fuera de investigar un homicida múltiple, se diría que podría ser el asesino del mes de la revolución.

También podría ser el silenciador de los secretarios.

O el terrorista de los vuelos de grandeza sobre el DF.

Si quieren agregarle, el que ambos casos fueron en vísperas de elecciones, pues también podría ser. “El asesino del estado fallido”.