jueves, 3 de noviembre de 2011

El túnel del tiempo.


Estaba en camino al otro día, unos pasos al futuro, cuando de repente me encuentro en el pasado, sí, no se como fue que sucedió, pero estoy sentado en una de las bancas de concreto de la secundaría donde realicé dichos estudios,  estando ahí medité y me di cuenta que no existía violencia en la escuela, en esos momentos todo lo que hacíamos era divertido o fastidioso, divertido lo que no era relacionado con los estudios, chocante las tareas y exámenes. Me dirán que miento, que debió haber burlas y vejaciones. Probablemente las hubo, lo verdadero es que no las tomábamos con el sentido que ahora se toman. En aquella época, a quien se le hacia una broma y no la aguantaba, se le consideraba vieja, así es que mejor la seguíamos y nos divertíamos por igual, si nos cargaban la mano pues nos aventábamos un tiro y cuates después, como si no hubiera pasado nada.
Y las drogas, hablo de 1967, sí se sabía de ellas, algunos hablaban de que se iban al baño a tomarse sus ciclopales, y regresaban chistosos, eso es lo que recuerdo de las drogas. Borracheras también había, ¿Qué, no para eso eran las fiestas de quince años? Si no lo eran, así las recuerdo. Mejor regreso y me dirijo a donde iba; al futuro, un camino no muy grato, porque se le termina a uno sin saber donde; nuestro pasado si es preciso.
Por cierto, aquellos de los ciclopales, ahora son ciudadanos ejemplares. Los ciudadanos problemas, fueron aquellos compañeros invisibles. Que sólo sabemos que fueron, porque están en la lista que alguien guardo como recuerdo.

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